MANOS HÁBILES, CABEZA FRÍA


A medida que se va acercando al punto más difícil, la cara de Christof Hojsan recuerda a los personajes de los spaghetti western de Sergio Leone. Los músculos de la mandíbula tensos, la boca fruncida, la frente perlada de sudor. Los ojos de Hojsan se contraen, pero no pestañea. ¿Respira? Sí, pero solo lo imprescindible. Nada debe alterar su concentración. Sin embargo, Hojsan no se enfrenta a un duelo, sino al parachoques delantero de un Astra OPC.

La pieza está colgada de un soporte metálico de un metro de altura construido especialmente para este fin. Un momento antes, mientras trabajaba en el techo y las puertas con su compañero Iwan Krauberger, la expresión de Hojsan todavía estaba relajada: no eran más que superficies lisas. Pero ahora la cosa se pone seria.

 

Kai Blasius forra la parte frontal con una película autoadhesiva de color negro mate.

Christof Hojsan forra la parte frontal con una película autoadhesiva de color negro mate.

 

TRABAJO DE PRECISIÓN CON PINZAS
Provista de una gran cantidad de orificios, aristas y ranuras, la parte frontal es una invitación de casi dos metros cuadrados a cometer errores. Blasius no la acepta: sus manos se mueven con agilidad, todo debe quedar en el lugar preciso. Centímetro a centímetro, obstáculo tras obstáculo, va cubriendo las zonas problemáticas con una película autoadhesiva de color negro mate. Ya viene cortada, ahora solo hay que colocarla unos tres milímetros sobre los bordes para que no se vea la pintura de debajo. Blasius arranca la película que sobra con unas simples pinzas. El proceso dura algunos minutos. “Hay que tener un buen pulso y mantener la calma”, dice. “Si se pierde la concentración se cometen errores engorrosos”.

 

Al extender la película, Hojsan procura que no se formen burbujas ni arrugas sobre la superficie. Esto ahorra un tiempo muy valioso cuando se repasa más tarde con la espátula y el secador industrial. “El factor tiempo, además de un trabajo limpio y preciso, es lo más importante en nuestro oficio”. Hojsan y Krauberger pertenecen a un equipo formado por ocho viniladores que trabaja para Opel Special Vehicles GmbH (OSV), una filial de Opel con sede en Rüsselsheim. Bajo el lema “individualidad de fábrica”, los empleados de OSV realizan cambios y personalizaciones en los vehículos. La oferta de servicios incluye desde acabados deportivos OPC hasta sistemas de gas natural o autogás y soluciones a medida para instituciones oficiales, empresas de taxis, servicios de emergencia y la policía.

 

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Desmontar para una mayor precisión: Kai Blasius (izq.) y Ralf Diehl desmontan piezas como los parachoques, los faros y los espejos. Estos se fijan en soportes especiales y se rotulan por separado para garantizar un resultado óptimo.

 

OSV ofrece servicios de rotulación de coches o “car wrapping” desde 2012. La zona en la que trabaja el equipo tiene aproximadamente el tamaño de medio campo de fútbol y llama la atención por su limpieza. Está dentro del enorme complejo de naves del edificio M55 en las instalaciones de la planta de Opel. Las paredes de tres metros de alto que delimitan la zona tienen cubiertas todas las aberturas con una gruesa lámina protectora. “En esta sala están totalmente prohibidas las corrientes de aire y la más mínima mota de polvo”, dice Peter Raabe, maestro del departamento. “La película de vinilo está cargada estáticamente y atraería todas las partículas flotando en el aire al quitar el papel de base. Eso sería desastroso para el proceso de rotulación”. Para evitarlo, se friega el suelo varias veces al día. Y hay otra cosa que distingue esta parte de la nave de las demás: su temperatura de 22 grados en todas las estaciones del año. “Solo así se consigue que el vinilo se adhiera perfectamente”, afirma Raabe.

 

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Los tiradores de las puertas están expuestos al contacto frecuente y a arañazos de todo tipo; por eso no se cubren con vinilo, ya que este se puede desgastar muy fácilmente. Lo que se hace es sustituir los tiradores por otros provistos de una capa anticorrosión y pintarlos del color de la película de vinilo.

 

En junio del año pasado tuvo lugar un suceso importante para el equipo de rotulación de OSV: con motivo de la visita de los reyes Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda, Hojsan, Krauberger y el resto de compañeros envolvieron un Ampera y un Cascada en una segunda piel de color naranja. Las fotos con los vehículos y los monarcas sonrientes llegaron a las noticias. Desde ese momento, el “naranja real” ha pasado a formar parte de su oferta y el número de pedidos ha aumentado considerablemente. “Asesoramos a los clientes a la hora de elegir los diseños y los colores”, dice Peter Raabe. Entre los más solicitados está el que imita el carbón. Todo es posible, desde colores simples como el azul metalizado y el rojo mate, hasta vinilos texturizados en piel de cocodrilo.

 

PELÍCULA CORTADA SOBRE UN GLOBO
La película de revestimiento está hecha de un plástico fundido de doble capa. Se trata de cloruro de polivinilo, un nombre un tanto pomposo para lo que comúnmente se conoce como PVC. “Este material hace posible que podamos hablar de películas 3D”, explica Raabe. “Este tipo de películas son tan maleables y elásticas que se pueden aplicar a superficies tridimensionales adaptándose perfectamente a los contornos”. En OSV tienen un grosor medio de 90 µm, lo que equivale a 0,09 milímetros. Para trabajar con estos materiales tan delgados se necesita cierto talento y mucha calma, según Raabe. “Lo que los chicos hacen es trabajo artesanal de primera”. Cuando Raabe reclutó a los miembros del equipo hace dos años, les hizo superar pruebas, en parte, espectaculares: por ejemplo, los candidatos tuvieron que cortar una película envuelta alrededor de un globo inflado con un cúter afilado.

 

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Centímetro a centímetro: Alexander Eurich corta con el cúter la película ya colocada.

 

Uno de los que consiguieron que no estallara el globo fue Christof Hojsan. Ahora sonríe. Pese a las dificultades, ha conseguido terminar el parachoques delantero del Astra OPC. Un breve descanso. Sale a tomar el aire, algo que hace siempre cada dos o tres horas. Pestañea varias veces y comenta: “Hay que descansar los ojos unos minutos”. No le recomendaría el trabajo de vinilador a cualquiera. “Solo es para quien disfrute, como nosotros, y sea capaz de pasarse horas concentrado en una cosa”. Christof Hojsan regresa a la nave y vuelve a poner cara de spaghetti western. El parachoques trasero le está esperando.

 

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Calidad: la solución de fábrica de Opel ofrece calidad artesanal y garantía de dos años.

 

 

 

 

 

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LA ROTULACIÓN

¿Cuáles son las ventajas de rotular un vehículo con una película 3D?

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“Existen seis buenas razones”, dice Hans-Jürgen Michel, director de OSV GmbH. Son las siguientes…

 

1

Más económico: pegar el vinilo resulta el doble de económico que volver a pintar el vehículo.

 

2

Variedad de diseños: pueden utilizarse todo tipo de colores, diseños e imágenes, incluso de una mascota o una amiga.

 

3

Protección: protege la pintura de los impactos de piedras y arañazos, lo que aumenta el valor de reventa.

 

4

Idóneo para el uso diario: la película autoadhesiva es resistente a los túneles de lavado, y los daños se pueden reparar rápidamente.

 

5

Calidad: la solución de fábrica de Opel ofrece calidad artesanal y garantía de dos años.

 

6

Final feliz: la película dura hasta cinco años y se puede despegar completamente sin dejar rastro.