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- Leyenda de los turismos de carrera, ganador de la Le Mans, embajador de Opel: Jockel Winkelhock se sienta al volante de un Corsa OPC camuflado para dar su veredicto sobre el más deportivo de todos los Corsa, en exclusiva para Opel Post.
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- The little pocket rocket sports a racing look. It features large air ducts on the front spoiler along with a small hood scoop, which allows the turbo-charged, direct injection four-cylinder engine to draw in large volumes of air to keep the unit cool.
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- El Corsa más veloz acelera de 0 a 100 km/h en menos de siete segundos, 280 Nm lo catapultan hacia adelante.
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- La primera conclusión del piloto profesional: “El motor reacciona muy bien al acelerar, lo hace de forma constante y sin ningún turbo lag”.
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- “En cuanto a la precisión y la agilidad al tomar las curvas, el Corsa OPC es aún mejor que su predecesor. Han hecho un excelente trabajo en el diseño del chasis”, elogia Winkelhock.
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- A principios de marzo hará su primera gran aparición pública en el Salón del Automóvil de Ginebra – sin efecto camuflado y con el típico diseño OPC.
Joachim “Jockel” Winkelhock, una leyenda de los turismos de carreras, campeón de Le Mans y embajador de Opel, dirige el curso de seguridad de conducción del OPC y ya ha ido y vuelto a la luna varias veces en un coche de carreras, si se cuentan los kilómetros que ha corrido en total entre la Fórmula 1, el DTM, las 24 Horas de Le Mans y el Nürburgring. En exclusiva para Opel Post, el suabo de pura cepa se sentó al volante de un Corsa OPC camuflado y, tras un par de vueltas por el circuito del Opel Test Center en Dudenhofen, dio su veredicto sobre el más deportivo de todos los Corsa.
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El motor reacciona muy bien al acelerar, lo hace de forma constante sin ningún tipo de turbo lag.
“Vaya, sí que va rápido”, grita entusiasmado el corredor profesional mientras toma la primera curva, frena de golpe y hace girar el coche para doblar manteniendo una línea perfecta. Los cuatro cilindros turbo debajo del capó proporcionan 207 CV, 15 más que el predecesor del nuevo Corsa OPC. Y Winkelhock está fascinado: “El motor reacciona muy bien al acelerar, lo hace de forma constante sin ningún tipo de turbo lag”. El más rápido de los Corsa pasa de 0 a 100 km/h en menos de siete segundos, 280 Nm lo catapultan hacia adelante. El par motor máximo se alcanza a partir de las 1900 revoluciones, que era el objetivo que se había propuesto el fabricante. Misión cumplida: cada vez que sale de una curva, Winkelhock disfruta del maravilloso despliegue de potencia.
El Corsa OPC alcanza unos para nada despreciables 230 km/h. Lamentablemente, su velocidad no se ha podido probar hoy en el sinuoso circuito de Dudenhofen. Igual de impresionantes son las características de su chasis. “En cuanto a la precisión y la agilidad al tomar las curvas, el Corsa OPC es aún mejor que su predecesor. Han hecho un excelente trabajo en el diseño del chasis”, elogia Winkelhock. “En un coche con tracción delantera básicamente todo depende del eje delantero; si este no está bien diseñado, no es tan divertido conducir ese coche”, agrega como conocedor del deporte del motor.
¡Y vaya si se ha divertido conduciendo esta potente máquina! “En todo momento me doy cuenta de lo que está haciendo el coche. Esto es importante para poder reaccionar de forma rápida y oportuna cuando se conduce al límite. Esas son las características que un piloto valora”, explica el descendiente de una dinastía de pilotos. Basta con unos pequeños movimientos del volante para mantener al Corsa OPC en su rumbo, ya que la dirección responde directamente y con precisión. A Jockel cada vuelta le gusta más.
LOS BRAZOS ESTÁN PARA CONDUCIR
“Los asientos son extraordinarios, como en todos los modelos OPC. Los laterales del asiento y el respaldo proporcionan al cuerpo un equilibrio perfecto, incluso cuando en las curvas se alcanza una aceleración transversal extremadamente alta”, dice el piloto, mientras toma una serie de curvas estrechas sin desviarse ni un centímetro. “No necesito sujetarme fuerte al volante, lo que siempre es incómodo al conducir. Me puedo concentrar únicamente en la conducción, y eso es muy agradable porque no tengo que hacer nada con las manos y los brazos, aparte de conducir, claro”.
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El coche suena totalmente potente y poderoso, pero para nada agresivo.
El nuevo Corsa OPC también puede ser más moderado. “El hecho de ser piloto no significa que siempre haya que conducir al límite, sería muy irresponsable ir así por la vía pública”, dice el ex piloto de Fórmula 1 mientras le bajan las pulsaciones. “Eso es lo que siempre intento transmitir en los cursos aquí en Dudenhofen: la mayoría de las veces solo se puede conducir rápido y de forma deportiva en circuitos cerrados. Por eso me gusta tanto el nuevo Corsa OPC, porque es aún más cómodo que su antecesor. Con él se puede disfrutar de una velocidad de crucero por la autopista, incluso durante largos trayectos, sin estresarse ni cansarse; no siempre hay que hacerle sacar chispas”.
PODEROSO PERO PARA NADA AGRESIVO
El nuevo OPC le va muy bien a Jockel Winkelhock, él siempre es un poco más humilde de lo que debería. “Hasta el sonido del motor es el correcto”, opina como profesional. “El coche suena totalmente potente y poderoso, pero para nada agresivo”. Algo que armoniza completamente con este deportivo de uso diario, elogia Winkelhock: “Es un coche muy fácil de manejar. Tenemos un subviraje muy liviano que facilita el control del automóvil en la pista”. Esto también se aplica en el día a día: “Sobre todo en situaciones críticas, el Corsa OPC tiene un potencial increíble de seguridad gracias a su chasis perfectamente equilibrado, por ejemplo, si fuera necesario esquivar de forma brusca un obstáculo”. Winkelhock puede juzgar esto mejor que nadie. A fin de cuentas, él también participa a veces en las pruebas finales del OPC en el Nürburgring, cuando se retocan los últimos detalles del chasis.
NECESITA MUCHO AIRE FRESCO
El pequeño bólido también destaca desde el punto de vista estético: grandes entradas de aire en el faldón delantero y una boca muy estrecha en el capó indican que los cuatro cilindros con turbocargador necesitan respirar profundo y enfriarse. Desde la parte trasera, dos tubos de escape cromados le hacen guiños a aquellos que no pueden seguirle el ritmo al rápido Corsa. Y, en el interior, además del volante forrado en cuero, recto en la parte inferior, y la palanca de mando corta, encontramos otra particularidad que pone de manifiesto la naturaleza deportiva del Corsa OPC. A través de una aplicación, la pantalla central del tablero de mando muestra qué velocidad longitudinal y transversal alcanza el veloz Opel. Toda una novedad para esta clase.
Winkelhock da una vuelta lenta y estaciona el OPC para que se enfríe. Los frenos crujen suavemente. El piloto profesional ha dejado al Corsa agotado. “Esto para él no es nada, el equipo de OPC ha hecho un trabajo excelente”, resume. Se nota que se siente bien en Opel. “Me gusta esta región y la gente de Hessen. Aunque soy de Baden Wurtemberg, me entiendo perfectamente bien con la gente de aquí”. Lo mismo les ocurre a los participantes de los cursos de seguridad en la conducción que vienen de todas partes de Alemania, para ellos “el Jockel” es el mejor entrenador y el más querido. Tras un par de vueltas rápidas con él, entendemos por qué.
El nuevo Corsa OPC tiene la misma sencillez y simpatía. Próximamente, el potente coche podrá mostrar sus talentos fuera de la pista de prueba. A principios de marzo hará su primera gran aparición pública en el Salón del Automóvil de Ginebra. Sin efecto camuflado y con el típico diseño OPC, se espera que rápidamente se convierta en un modelo atractivo para muchos.
Joachim Winkelhock nació en 1960, compitió en Fórmula 1 y en 1990 comenzó a participar en el Campeonato Alemán de Turismos. Tres veces estuvo en lo más alto del podio. En 1993 se fue a Gran Bretaña a competir en una categoría casi idéntica, en la que tras su primera temporada se consagró campeón. Superó las duras carreras de 24 horas tanto en el Nürburgring, que conocía como la palma de su mano, como en el circuito de Spa-Francorchamps o en el legendario Le Mans. Desde 2004, Winkelhock es embajador de Opel e imparte los cursos de conducción segura del OPC.
Este aficionado al deporte del motor, originario de Waiblingen, proviene de una familia de pilotos. Su hermano mayor, Manfred, que perdió la vida en 1985 en un trágico accidente durante una carrera automovilística en Toronto, había triunfado también en la Fórmula 1. Markus, el hijo de Manfred Winkelhock también probó suerte en diversas categorías y obtuvo un éxito respetable en la Fórmula 1 y en la categoría GT1. En el tramo Nordschleife del Nürburgring, estableció en 2012 el récord para coches eléctricos con un tiempo de 8:09:009. El tercer vástago de la dinastía de los Winkelhock, Thomas, también es un amante de los circuitos de carreras. Tras comenzar en la categoría de turismos, en 1991 se pasó a la de monopostos y también participó en la Fórmula Opel. En 1998 se consagró campeón del DTC, el Campeonato Alemán de Turismos.