Dejando de lado la paz mundial y la salud, ¿qué desea el presidente de Opel?
Karl-Thomas Neumann: Que la marca Opel vuelva a ocupar el lugar que había tenido. Ya somos la tercera marca de coches más potente de Europa y, a largo plazo, queremos volver a ser la número dos. En 2016 queremos volver a ser rentables y para 2022 tener un 5% de margen de beneficio.
Jan Spychala: Quisiera que Opel también construyera coches que nos gusten a los fans, como yo. Yo no solo espero coches que me lleven de A a B, sino que me cautiven a nivel emocional.
Neumann: Antes Opel era sinónimo de dos cosas: un diseño magnífico que realmente te conquistaba y una tecnología fabulosa. Y eso es justo lo que queremos recuperar, además del origen alemán, vinculado a calidad e ingeniería. Son los dos criterios a partir de los cuales ahora decidimos todo lo que hacemos.
Un SUV no tiene nada de malo.
Neumann: Pero hay que hacerlo bien, por supuesto. La mayoría de segmentos están estancados o se reducen, excepto el de los SUV. Casi que uno se podría preguntar si en el futuro todos conduciremos un SUV.
Spychala: Espero que no.
Neumann: Yo tampoco lo creo, porque la tendencia hacia la reducción de CO2 y la fabricación de coches más eficientes juega en contra. Por eso estamos buscando el camino correcto, y tengo grandes expectativas. Ahora estamos intentando desarrollar y construir coches que estén entre un SUV y un turismo. Encontrar nuevos segmentos siempre ha sido uno de los puntos fuertes de Opel.
Si ahora me compro un ADAM y lo uso durante seis años, en ese período de tiempo tendré tres smartphones diferentes. ¿Podré utilizar todas las apps en la pantalla del coche?
Neumann: Este tema ya lo dominamos bastante y con la siguiente generación lo dominaremos del todo. Ahora, en el ADAM, tenemos un sistema de navegación que se ejecuta en el móvil y que se puede visualizar y utilizar en la pantalla grande del coche.
Spychala: Tengo mucha curiosidad por ver cómo evolucionará. ¡Precisamente con la generación Instagram, que lo comparte todo y que le enseña a todo el mundo lo que está haciendo! Habrá que adaptarse a ella.
Neumann: Hay que volver a seducir a los jóvenes. Los compradores de coches son relativamente mayores.
El Sr. Spychala tiene 30 años, debería hacerle alguna concesión.
Neumann: La media de edad en el caso del ADAM es de 37 años; es un cliente increíblemente joven. Y la mayoría son mujeres.
Mujeres jóvenes en utilitarios chic con sistemas de infoentretenimiento perfectos. Sr. Spychala, en su opinión ¿eso sigue siendo Opel?
Spychala: Mis antiguos Opel, que con el tiempo aprendí a querer, eran otra cosa, pero no te puedes quedar siempre atrapado en el ayer. Si intentas revivir el pasado, ya no es el pasado. En este sentido estoy contento de que no intenten resucitar el Manta.
Neumann: Yo también soy escéptico con el tema del diseño retro, pero uno sí puede rememorar su pasado. Opel siempre ha sido una marca emocional. Antes eso significaba mucho espacio y mucha cilindrada; hoy tiene que ver con las pequeñas cosas. Yo siempre digo que cuando vas hacia el coche o vas sentado en él y coges algo, tienes que estar sonriendo.
Actualmente, la cuota de mercado de Opel como fabricante de grandes volúmenes sitúa a la marca en el mercado alemán por detrás de las de gama alta: Mercedes, BMW y Audi. ¿Puede que parte de la culpa la tenga la evolución de una sociedad orientada a la opulencia y, por tanto, a coches de gama más alta?
Neumann: No. Cuando la sociedad cambia, las marcas deben acompañarla. El principal problema de Opel es que el perfil de la marca se ha debilitado, se ha olvidado lo que antes significaba Opel. Yo mismo dejé de identificar a Opel, ¡y eso que mi primer coche fue un Opel!
Spychala: ¿Cuál?
Neumann: Un Kadett D.
Spychala: Mi primer coche fue un Omega 3000, cuando tenía 19 años.
Neumann: En ese momento, la pregunta que me planteaba era: ¿Golf o Kadett?, para mí no había ninguna otra opción. Opel estaba al mismo nivel. Me decidí por el Kadett y me sentí muy orgulloso. Después perdí a Opel de vista. No volví a fijarme en Opel, aunque trabajaba en el sector de la automoción. Opel se había convertido en una marca sin substancia y ya no se sabía qué representaba. Eso la perjudicó, porque la compra de un coche es un acto de consumo ostentoso. Todo el mundo ve el coche que conduces, y si no eres capaz de responder rápidamente por qué conduces un Opel, es que la cosa va mal.
¿Y ahora?
Neumann: Cuando llegué aquí lo tuve claro enseguida: cuando te subes a los coches, ves que no hay motivo para no comprarlos. Solo hay que echarle un vistazo al Astra GTC, es de una belleza arrebatadora. Pero hay gente que dice: “Sí, pero es un Opel”. Hay que librarse de ese “pero”. Estamos trabajando en ello y lo conseguiremos.
Spychala: Y también deberían trabajar para ganarse a los aficionados a los coches clásicos.
¿Tiene usted un coche antiguo?
Neumann: De hecho, tengo dos, pero no sé si debería decirlo.
Usted manda, así que decida usted mismo.
Neumann: Uno es un GT y el otro lo acabo de adquirir, será un Diplomat cupé.
Ya salieron fotos de usted con ese coche.
Neumann: Sí, pero esa era el Diplomat del taller del museo. Me fascinó tanto que me dije: “Tengo que tener un coche como este”.
Spychala: A mí lo que me falta sin duda es un Manta. Desde que empecé a conducir, conduzco Opels. He aprovechado todas las oportunidades que he podido, pero irónicamente nunca he tenido un Manta, que es el que más me fascina. Quizás tengo el listón demasiado alto: he tenido siete ocasiones para comprar uno, pero cada vez me vuelvo a casa con el dinero y las matrículas.
Neumann: A mí me parece que los clásicos Opel todavía son relativamente baratos, y estoy seguro de que si continuamos trabajando la marca por el buen camino, los clásico Opel también tendrán un enorme potencial para aumentar su valor. Por eso no puedo más que animarle a comprarse un Manta.
Spychala: Mientras aún tenga un precio asequible.
Neumann: Exactamente.
Spychala: Seguro que en mi vida tendré otro Opel antiguo. U otro nuevo.
Imaginemos una escena situada en 2040, por ejemplo. Dos personas se ponen a hablar de coches y dicen: “¡Ah! ¿Te acuerdas del Corsa 2014?”. ¿Qué probabilidades creen que hay de que esto ocurra?
Spychala: Todo el mundo lo sabe: cuando eres pequeño y te llevan en coche se crea un vínculo emocional. O si me imagino una conductora novel de 18 años con su ADAM, seguro que adora el coche que se acaba de comprar. Y por eso en 2040 dice ese “¿te acuerdas?” o puede que incluso abra la puerta del garaje y diga: “Mira, ahí está”.
Neumann: Yo lo veo igual.
Llama la atención que conozca usted tan bien los modelos Opel antiguos, aunque nunca hubiera trabajado para Opel hasta el 2013.
Neumann: Si bien he estado muchos años sin interesarme por la marca, ahora he desarrollado una auténtica pasión. Al llegar me encontré con un cariño increíble de los empleados hacia la marca y con un ansia de volver a triunfar. Y durante el trabajo con el nuevo Astra he visto claramente la cantidad de energía que se pone en marcha aquí cuando uno le dice desafiante a sus compañeros: “Intentemos ser los mejores”.
Spychala: ¿Pero hasta qué punto pueden actuar de forma autónoma? Detrás suyo hay un gran grupo…
Neumann: Ahora es mucho mejor de lo que ha sido en muchos años. Aquí tenemos todo lo que necesitamos: nuestro propio centro de diseño, un centro de desarrollo enorme con 7.000 ingenieros. Pero el retorno de la marca no funcionará actuando solo como Opel. Vendemos algo más de un millón de coches al año, pero tenemos una gama de productos completa con 15 modelos. Si vendes solo 50.000, 100.000 o incluso 200.000 unidades de cada modelo, con eso no basta. Los coches como el Corsa, el Astra o el Mokka deben venderse a millones para que sean competitivos a nivel de costes. Y eso lo conseguiremos con GM.
Con las plataformas.
Neumann: Con estructuras inteligentes que nos permitirán colocar coches en todo el mundo, ya sean Buick o Chevrolet. Hay que encontrar un denominador común; es un reto al que todos los grupos deben enfrentarse. Lo bueno es que, al contrario que mis predecesores, yo también estoy en la directiva de GM y participo en la toma de decisiones. Mi criterio no siempre se impone, pero en todas y cada una de las decisiones siempre puedo exponer el punto de vista Opel con todo detalle. Para mí, formar parte de un grupo significa contar con una ayuda muy potente: que nos crean capaces de salir adelante y conseguirlo, que decidan financiarnos con cuatro mil millones y retirar a Chevrolet del mercado europeo. Estas decisiones nos dicen claramente que GM confía plenamente en Opel en Europa.
Spychala: Gracias por la charla y por su tiempo.
Neumann: Ha sido un placer. Ahora solo falta que encuentre el Manta adecuado.