Revolución
francesa 4.0

París durante los últimos días de septiembre.

El verano sigue instalado en la ciudad aunque el calendario lleve ya tiempo hablando de otoño. Los restaurantes continúan llenándose, e incluso ya entrada la noche los clientes siguen disfrutando de sus entrecots y un Beaujolais sentados en las terrazas de las avenidas. Además, la Semana de la Moda aporta un bullicio extra a la capital de la alta costura.

Al mismo tiempo tiene lugar una de las más famosas carreras de caballos del mundo: los mejores caballos de tres años se desplazan desde todos los continentes hasta el hipódromo de Chantilly para medirse allí por primera vez con los corredores ya conocidos en cuatro carreras. El primer domingo de octubre, como todos los años desde 1920, se da la señal de salida del Premio Arco del Triunfo. Hasta que esto suceda, también el Salón del Automóvil de París tendrá sus puertas abiertas. Oficialmente, la feria comienza el 1 de octubre, y hasta su clausura el 16 de octubre, se espera que 1,5 millones de visitantes pasen por sus instalaciones. Sin embargo, antes de que esto suceda las estrellas del automovilismo celebrarán sus primicias mundiales en dos jornadas de prensa.

Es 29 de septiembre… ¡y mediodía!

En unos minutos, exactamente a las 12:15 h, comenzará la que podría ser la revolución francesa 4.0. A esa hora, el nuevo Ampera-e rodará como un susurro hacia los flashes de los periodistas que esperan su llegada. ¡El coche eléctrico! Al volante se sienta el presidente de Opel, Karl-Thomas Neumann, quien comenta por primera vez a los periodistas de todo el mundo la autonomía del vehículo: el Ampera-e puede circular durante más de 500 km con una sola carga de batería, más, mucho más que cualquier otro coche de su clase. Además, pasa de cero a cien en tan solo 7,3 segundos, como un deportivo, tiene espacio para cinco personas más el equipaje y estará disponible en el mercado europeo la próxima primavera.

Las revoluciones pueden ser silenciosas e inteligentes.

Así lo prueba la estrella del Salón del Automóvil de París de este año. El coche eléctrico posa orgulloso en el magnífico escenario de Opel, que recuerda a los cuadros de Henri Rousseau. El “Douanier” (el aduanero), como se conocía a Rousseau, pintó poco antes de su muerte, en el París de 1910, un paraíso surrealista, una selva conocida en todo el mundo con el título de “El sueño” y que se adapta maravillosamente bien a la imagen general. 106 años después y casi en el mismo lugar, son los artistas hamburgueses Tim John y Martin Schmitz quienes han creado un paisaje de ensueño para el Ampera-e. El tema: movilidad sostenible en el ciclo de la naturaleza. En su “estudio de escenografía”, John diseña composiciones espaciales e instalaciones. La realización manual del paradisiaco mundo verde de Opel demuestra pasión artesana y una gran atención al detalle. De esta forma, los visitantes del Salón pueden mandar al Ampera-e a una carrera de autonomía contra sus competidores o fotografiarse en el Selfie-Point (punto de selfies) del escenario.

Los últimos días del verano de París. En el centro del escenario, en amarillo sobre negro, se halla el indiscutible plato fuerte, la estrella del Salón: el Ampera-e. Simplemente electrizante.